Este viernes continuó en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), presidido por la magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado, el "Diálogo Internacional sobre Justicia, en Conmemoración del 15° Aniversario de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela", en el que participan juristas de diferentes países de América Latina y de Europa, quienes abordaron en esta jornada la temática de los "Procesos Constituyentes y Pensamiento Jurídico Crítico".

La primera exposición de hoy correspondió a la magistrada Luisa Estella Morales Lamuño, integrante de la Sala Constitucional del Alto Juzgado, quien manifestó que como consecuencia del proceso constituyente en el país, no hay un venezolano que no esté imbuido de lo que es, tanto el pensamiento crítico de la constituyente desde el punto de vista jurídico, como el pensamiento crítico desde el punto de vista ideológico, "al punto que hasta el léxico de los venezolanos cambia casi automáticamente cuando comenzamos a trajinar por el proceso constituyente".

Durante su intervención hizo un recorrido desde la primera Constitución de Venezuela, la de 1811, hasta llegar al año 1999, "porque realmente no fue la constituyente en sí, y eso la historiografía nos permite destacarlo, un instrumento que vino a cambiar el país; sino los movimientos, la historia, las contradicciones, las afirmaciones, fueron los que nos llevaron a utilizar el instrumento de la constituyente".

Recordó que la Constitución del año 1961, derogada con la Carta Magna de 1999, surgió de un poder constituido, porque no hubo constituyente, sino que al caer la dictadura de Marcos Pérez Jiménez se reunió el Congreso Nacional de entonces y elaboró ese Texto Fundamental, a diferencia del actual que surgió de un amplio proceso de consultas y debates por todo el país, aprobada además por el pueblo venezolano mediante referéndum.   

Manifestó que es importante siempre tomar en cuenta la historia y el factor social cuando se habla del proceso constituyente de 1999. Al respecto indicó que el pueblo venezolano estaba inquieto en la IV República y no esperaba de forma pasiva que se resolvieran los problemas que le aquejaban, sino que hubo una serie de acontecimientos que generaron que la población hiciera suya la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente, porque anhelaba la consagración definitiva de los derechos y las libertades, lo cual se materializó con ese proceso.

"Venezuela despertó no solamente en el pensamiento jurídico, en el pensamiento social, sino en la propia identidad nacional. Desde ese momento nosotros retomamos nuestra cultura, nuestra música, nuestras expresiones culturales, las resaltamos, y comenzó pues un cambio realmente, no solo en el Texto Constitucional sino en el pueblo venezolano en su sentir, en su anhelo y en la forma como queríamos refundar la República".   

Destacó la magistrada Luisa Estella Morales Lamuño, entre otras cosas, el hecho que el proceso constituyente en Venezuela en 1999 fue pacífico e institucional; además señaló que "para refundar Repúblicas, como nosotros expresamos, la refundación de la República, no solamente se debe tener vocación y conocimiento jurídico, sino que es indispensable la voluntad de utilizar el conocimiento como un instrumento para contribuir a la mejora de la vida y existencia de las personas".     

Igualmente señaló que el proceso constituyente del año 1999 resaltó el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, y a partir de entonces la Carta Magna enaltece valores y principios que caracterizan al Texto Fundamental como feminista, indigenista, americanista, con una serie de calificativos que con el correr del tiempo y la materialización efectiva de los derechos que ella consagra, permitió la visibilización de todos los grupos existentes del país, como los étnicos, entre otros.