Como parte de las actividades previstas en el marco de la Apertura de Actividades Judiciales correspondiente al año 2024, en la plaza central del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se realizó una Celebración Ecuménica y Compartir con las servidoras y servidores judiciales, actividad que contó con la intervención de la presidenta del alto juzgado venezolano, magistrada Caryslia Beatriz Rodríguez Rodríguez.

La ceremonia, a la que asistieron magistrados y magistradas del máximo juzgado del país, se inició con un canto de entrada interpretado por los seminaristas del Ordinariato Militar de Venezuela, circunscripción eclesiástica no territorial de la Iglesia católica dedicada a la pastoral castrense.

La Presidenta del TSJ tomó la palabra en la actividad y en primer lugar agradeció a los representantes de las diferentes creencias religiosas cristianas presentes. "Además, fundamentalmente, damos gracias al Dios altísimo, al padre celestial, al que hoy nos honramos en darle su gracia, nos encomendamos a Él en una dura tarea, tal como lo decía el presidente Nicolás Maduro cuando nos visitó, la difícil función de impartir justicia".

Agregó que "esto nos lleva al gran compromiso de mantenernos inspirados en los más altos ideales, en la gracia divina, el Dios Todopoderoso, en los valores que nos hemos dado como pueblo para realizar cada acción, cada decisión que tomemos, y siempre pensar en que hay un pueblo que cree en nosotros, que espera mucho de nosotros".

Finalmente instó a todos los trabajadores y trabajadoras del Poder Judicial a seguir trabajando con mucho ahínco, con fuerza, "para que todas y todos podamos estar a la altura con las expectativas que la Patria tiene con todos nosotros".    

Previo a las palabras de la magistrada Caryslia Beatriz Rodríguez Rodríguez, hubo una oración por parte del padre José Ursecino Monsalve, rector del Seminario Castrense de Venezuela, alabanzas del adolescente Ángel David Pacheco y una oración a cargo del pastor Miguel Albert, de la Iglesia Cristiana Evangélica, quienes en sus respectivas intervenciones destacaron la necesidad de mantener la fe en Dios, la importancia de prodigar amor al prójimo y de actuar siempre en función del bienestar colectivo.

Posteriormente, tuvo lugar una oración por parte del padre Omar Gómez, capellán miliar de la Comandancia General de la Milicia Bolivariana, quien elevó peticiones por el bienestar de la Nación y de toda la familia del Poder Judicial venezolano.

Finalizadas las intervenciones de los representantes de las diferentes congregaciones religiosas, se efectuó un ameno compartir por parte de los magistrados, magistradas, servidores y servidoras judiciales de la máxima instancia judicial del país.